18.7.08

La soledad



Síntoma de algo que no alcanza para llenar el cuarto

13.7.08

Eso que a ti te da miedo



Hay cosas que ella simplemente nunca podrá escuchar
Antes, yo le gritaba
Fuerte
Le decía: me gusta eso que a ti te da miedo
Le decía: me sumerjo en eso que no debería ni mirar

Entonces, ella se encierra
En sus ojos
En su mente llena de canas
Se encierra para que yo no la hiera
Con mi deseo de tristeza
Con esta miamía extraña tendencia de amar a los muertos

Me quedo mirando

las manos no me sudan
Y el corazón no se altera

Me quedo mirando sus labios morados
Su cuerpo semimuerto
Su cuerpo inhalándolo todo
Su cuerpo, lleno de polvo

Y entonces se me ocurre que
-Tan sólo a veces-
Esa quisiera ser yo

8.7.08

Los gusanitos y yo

Porque era para ti. A ti que no te gusta pensar… pero iba directo a tus pestañas. Y a mí me extraña tu reacción de soy un tierno ¿Será que te la crees? A veces te pareces a los gusanitos que la lluvia desaloja en esta época del año. Se retuercen a mitad del camino, mojados, como si se dirigieran hacia el final de un fondo bastante macabro. Pero, ya que platicas con ellos, con los gusanitos que se retuercen, caes en cuenta de que el desalojo no era más que el puro chacoteo feliz que tiende a disfrazarse de desgracias, algunas más babosas que otras. Por eso, nunca hay que creerse que a los gusanitos algo tan normal como la lluvia puede llegar a afectarles. Siempre tienen algo planeado. Aunque ciegos, siempre tienen un blanco que llega directo a las pestañas.

2.7.08

Tenemos esta vida para encontraros de nuevo

Por lo pronto, yo te veo en la que viene.

Diálogo entre mis dedos

Hoy, no sé de dónde sacar el beneficio de ésta, la mía situación tan desconcertante, tan semi vacía y a punto de llenarse. Me gustaría pensar que el día de mañana seré más inteligente, fuerte, menos ingenua, más azul, menos palmera, más paciente, menos obstinada, más realista, menos enamoradiza, más de todo, menos de nada.
Pero, ¿y hoy?

Hoy, simplemente no sé justificar mi silencio.

Mis pies tienen frío y me preguntan: ¿y los calcetines? Ya estamos morados… Pero yo, que siempre he creído que mis pies hablan demasiado, yo la verdad ya no sé qué decirles. Sí, carajo, lo noto. Y lo noto y continúo como antes, descalza.

La carta en la que creo hoy me ha pedido paciencia. Me preguntó sin más ¿quién eres? Y a mí ya me urge responderle para seguir adelante. Me dijo “hay que vaciarse para ser llenado”. Mis pies no entienden, sólo se quejan; sólo me padecen.

Habrá que pedirle perdón a los pies por todos los perdones que no he recibido yo. Perdones que se dan cara a cara. Por todas las veces que me adelanté, por todas las veces que dejé que el tiempo penetrara,me enfriara desde las uñas hasta las mías entrañas más extrañas que poseo. Mira que necesito 20 días para pedirme perdón por el color de mis dedos y este silencio que no para de dolerme.

1.7.08

Rehab




Así está la cosa:

Fondo de madera oscura... esto es un bar.

Mujer rubia mirando hacia el suelo... en algo está pensando.

Mujer molesta... algo debió caerle encima, tal vez, la realidad.

El resultado, ah señores, ese jamás será tan evidente como una imagen tan llena de poses.