30.1.10

Cuando me di la vuelta pude mirar al mar llevándose esas ropas que fui quitándome a lo largo del camino. Porque dejé de buscar un lugar en ese espacio tan conocido. Cuando miré las fotos no sentí nada. No sentí nada. No sentí. Nada. Hubo una pausa en mi vida de aproximadamente dos horas. Hubo una pausa y ahora que miro las fotos ya no me encuentro. Cuando me miro al espejo tampoco me encuentro.
Era yo una pequeña cosa que se esforzaba por ser divertida.
Era yo una pequeña cosa que se esforzaba por ser atractiva.
Era tan poca cosa
Tan
Poca cosa.
A mis recuerdos les falta algo, quizá mi necesaria inconsciencia al actuar. Recordar es tan aburrido, termino siempre percatándome de lo inmadura que soy.

14.1.10

canto 1: viento


El viento me dice
que no soy quien soy
en el desierto encuentro la razón

el viento me arrastra
me platica su dolor
y en el desierto sé quien soy

9.1.10

La envidia es una carencia imaginaria
Volarás entre las hojas de papel que romperé ahora mismo para olvidarte.

2.1.10

Baile de salón

Me imaginaste bailando, moviendo los brazos hacia arriba, hacia abajo. Imaginaste mis caderas, trazando círculos torpes, como una lavadora enloquecida, como tu lavadora descompuesta. Imaginaste mis pasos, a veces lentos, a veces suaves, con tacones o descalza, con la melena enloquecida y roja y verde y roja y... Me imaginaste entre tus brazos, insinuando deseo, con mis caderas ansiosas y la locura de esa noche.

Después te fuiste a la cama, solo y con frío, para seguir imaginando algo que podrías vivir si bailaras.

1.1.10

Yo



Pero ésa no era yo. Yo no era el polvo, no era el silencio ni las sutiles marcas de las piedras. No fui las horas que recorrimos, el costo del pasaje o el frío insportable que sentímos al caer. No fui la carga ni las maletas que se pasearon por todo el mundo para llegar a lo mismo. Te digo, serena como siempre, ésa no soy.

No soy el polvo entre tus libros, no soy la música que escuchas. No soy el cuerpo que acaricias todas las noches, no soy la voz que te tranquiliza. Sólo soy polvo y silencio.

No soy las frases interminables que forcejean entre mis labios. No soy la calma de mis dedos, la suavidad de mi pecho o mi sonrisa de lágrimas.

En esos tiempos me confundiste, y hoy me confundes de nuevo, lejos del mar. En una orilla crees que me has visto, y hoy me confundes de nuevo con el espacio vacío entre tus huesos. Esa no soy.

No soy la sangre, no soy el tiempo, no soy los labios ni el cuerpo que miras.

Eso no soy.