Cuando era niña
sabía que estaba creciendo
lo sabía porque mi papá trazaba una línea en la pared
en cada cumpleaños
y me tomaba una fotografía instantánea en la que nunca aparecí peinada
crecía en cada segundo
en cada instante
lo sabía porque la ropa dejaba de quedarme
y afortunadamente había dinero
y afortunadamente
cada mes
habían vestidos nuevos
Estaba creciendo
pero no me importaba
vivía tranquila en el jardín
oculta entre el maíz que mi mamá plantó conmigo
sumergiendo los pies en la tierra
intuía la muerte
pero no me importaba
encontraba caracoles detrás de las hojas
y los colocaba en mi cara
para que su baba limpiara mi cutis
y me diera la vida
que perdía en cada instante
estaba creciendo
y no me importaba
Las tardes eran todas para mí
Jugué a ser una bruja
que cultivaba dedos en su jardín
para condimentar hechizos
y devolverle el alma a un cuerpo
el pasto era un pantano
el jardín era el bosque
y la niña era la bruja
que horneaba dedos con la masita para cupcakes
para condimentar
entre otras cosas
a la vida