23.10.09

Muchas vidas

Quizá tendría que morir de nuevo para explicarte lo que pasa aquí. Tal vez sin cuerpo, tal vez sin voz, pueda explicarte lo que pasa aquí. Porque en este momento el corazón también me está latiendo en otro tiempo más amarillo y cálido.

Yo no sólo soy yo, yo soy también la tarde cálida de aquel octubre del 68. Yo soy también las escaleras de un edificio que hoy está desquebrajado. Soy la unidad habitacional de ladrillos rojos. Comprenderás entonces la confusión que tengo en este loft de lujo, entre tus libros de arte y la seda de mi vestido. Y sé que soy también estos labios rosas y estos pechos medianos.

Soy la mujer que vive sola y cultiva flores. Soy la mujer que habita un espacio tranquilo y brillante como tu loft citadino. La casa es del padre y la vive la hija. La vive la hija. La vive la hija, en silencio, mientras cultiva flores que mueren por falta de agua. Soy a mujer que ha decidido cultivar flores para presumir una ocupación. Qué tal, sí, yo me dedico al cultivo de flores…

Tendría que morir de nuevo para justificar mi indiferencia no a la injusticia o al hambre de mi país. Mi indiferencia es al tiempo por ser de entre todas las mentiras la más grande. En mi mente puedo bailar en África o sacudirme la pereza en una playa de Oaxaca. Todo en mi mente. Pero en la música yo sé que el tiempo miente. Yo sé que me ha mentido siempre y soy y fui esa unidad de ladrillos rojos y en mis pasillos corrían balones de fútbol.

Nadie puede sanar esta herida reencarnada. Tendría que morir de nuevo para que entiendas que en este espacio lleno de tiempo y mentiras nunca podré sonreír porque me duelen los llantos pasados que se colaron entre este cuerpo y me recuerdan por siempre de dónde vengo.

Tendría que morir de nuevo para llevarte al desierto conmigo y compartirte la sed añorada, el eterno aliento. Tendría que morir de nuevo y aun así no sería lo mismo. Porque mi salvación es mi culpa, en este espacio amable, lleno calma y flores. Soy la mujer que habita su espacio, su tiempo y riega las flores. Soy la mujer tranquila. Soy la mujer que te sonríe con el vestido de seda. Sigo pensando pero tendría que morir de nuevo para lograr que me entiendas.