11.4.11

Necesito que comprendas lo siguiente:

Necesito sumergirme en el silencio de ese cuarto, de esa cama que no es la tuya, que no es de nadie. Nada aquí me pertenece, ni siquiera el cuerpo que me ofreces. Ni siquiera las ganas con las que me miras. Sé que son mías, y ni así me pertenecen.

Hace tiempo que partí de mí y hoy habito en los colores de la calle. Transito la calle. La admiro. Pero sé que no podría con ella como sé también que no puedo contigo. Sólo soy la calle, la cama y la colonia. Solamente.

Y los martes huyo. Escapo con miedo de la voz que envías para buscarme. Porque el cielo comienza a derretirse y las gotas al caer todo lo invaden. Invaden las calles que habito, y hacen que la cama flote.

Mira todo lo que pasa con tu voz.

Por eso yo me voy volando entre las gotas azules, y a veces salto los charcos y luego vuelo de nuevo. Por eso me derrito yo también.

Necesito que comprendas y al fin me dejes tranquila. Quiero seguir recorriendo las calles de cada colonia, en la ciudad más grande y ruidosa, sin que la inmensidad de tu cielo me someta.