30.12.09

pronóstico 2010

Las tazas podrán caer, derramar lo que contienen. La cocina podrá revelarse. Porque tu futuro está lleno de samba, y aunque no es tu culpa la cama quiere temblar... para entonces le será posible. También habrá tristeza en el baño, porque en el baño habitará la muerte de las mascotas de tu infancia. Guardarás silencio en el baño por todos los momentos en los que sufrí, sólo porque sí. Porque en esta vida hasta el viento fue diseñado para armonizar mis lamentos. Y así cambiará este año, de la primavera al verano, mientras guardas silencio pensando.

Quizá pierda uno o dos dientes después de reírme a tu lado. Perderé mi dentadura por tanto amor que le tengo a la gracia amarga. Y pasarán tantas tantas tantas cosas, que no podré más que reír como quien bebe las últimas gotas en el desierto.

29.12.09

Tú me confundes

En apariencia, sí, es coherente. Como lo dices tú, suena coherente, sí, soy egoísta. Tengo la culpa. Sí, no tengo idea de lo que es una línea que se mantiene recta, sí, de principio a fin, sí, no soy coherente a tu lado. No tengo idea de lo que son las cosas si van numeradas, sí, de tu principio a mi miedo. Sí, creo que me confundiste,no, no fue desde el inicio. Y volviendo a las líneas que acaban, sí, esto termina ahora mismo, sí, soy incoherente y te marco mañana.

11.12.09

Cosas que no se superan fácil

Todos tenemos una herida, algo que nos dolerá por siempre, que sangrará eternamente.
Una herida y nada más: Lágrima pequeña, lágrima constante, zumbido vibrante, zumbido silencioso, eternidad que desgarra. Eternidad a secas. Una carencia enorme, una debilidad profunda y evidente, lista para sangrar hasta el cansancio de los otros. Muy parecido al infierno, pero con Dios de tu parte.

Y yo podría sentarme todo el día
todos los días de esta vida
en esta mesa redonda y de madera
para buscar las palabras: lágrima, zumbido, imposibilidad, diente, retorno, eternidad, hueco, carencia, y de nuevo, mi imposibilidad para mirar hacia otra parte.

Podría pasar toda mi vida en esta mesa buscando y encontrando las palabras que describen lo que siento. Y para qué?
no dejará de doler aunque recorra el diccionario de la A a la Z robando aquello que más se ajuste a eso que me duele siempre. Porque conozco mis límites, y sé que hasta en el diccionario hay una última página, un punto final. Y ya agotadas las palabras quizá aún me sienta triste, vacía y rota.

Porque cuando alguien golpea ansiosamente la botella del diccionario para sacar las últimas gotas es porque previamente se ha bebido cientos de horas mirando al cielo tratando de comprender, de comprender, de comprender.

Y el cielo, que sólo tiene estrellas, y esa botella de papel, que sólo guarda definiciones, y este saco de huesos y piel y miles de lunares, que sólo sabe responder con lágrimas.

No tengo remedio.

Cómo sacar entonces una respuesta de ahí, con mis definiciones, estrellas y lágrimas. Mis lágrimas vencen a las definiciones y dejan en mi mente nada más que manchas, manchas. Muchas manchas de razón. Y las estrellas, que no se mueven, que no cambian, que sólo anuncian el fin del mundo, a mí me dicen que esa es mi deuda por otras vidas, por otros tiempos en los que supe lastimar, latiguear, lapidar. Por otros tiempos con sus números interminables y pendientes.

Pero la vida sigue, supuestamente. Así la vida transcurre, llena de deudas, fingiendo que salta de página en página, de la A de alegría a la Z de zacate. Así transcurre este saco de huesos, piel y lunares, buscando respuestas en las estrellas que mueren trás anunciar que el sol se apagará muy pronto. Lanzo palabras para saciar a esos números interminables y pendientes.

Los números rascan en mi mente, desgarran mis ojos, buscan en mi corazón el hueso que perdieron. Debilitan mis manos, rompen mis tobillos, se limpian los dientes con mis costillas y me recuerdan lo que es la eternidad a secas, siempre con Dios de mi parte.

6.12.09

tres veces



La vida me ha dado suficientes oportunidades para ser amada. La vida me ha dado todo para destruirlo, todo, cuantas veces lo requiera. La vida me da y yo te quito. Te desprendo la sonrisa y tú te quedas pensando en varias cosas. Piensas, por ejemplo, que regresaré. Piensas que lo siento, y sí lo siento... La vida a mí me da la muerte, me la envía en cajas bien envueltas con papel. La vida a mí me da la muerte y yo te la comparto con mis besos. La vida me da para que te quite. Por que soy una carencia enorme. Soy un silencio de montaña, soy un camino que se recorre a solas mientras se devora. La vida y yo, la muerte y yo, y luego tú mirando este espectáculo sin risas. No has entendido nunca que hay situaciones en las que conviene no mirar, no caminar despacio mientras el sol te quema. Soy un desierto que espera, porque la vida me ha dado esa tarea. Yo la cumplo y te devoro con mis noches frías. La cumplo y te amenazo con el veneno de mis dientes. No vas a poder conmigo porque es la muerte quien decide en esta noche.

4.12.09

Desmantelar



Poco a poco caen todas las piezas que me configuran

dejo ir
y me desprendo a solas
de los ritos
y las voces que antes apreciaba tanto