10.5.11

Después amanecimos tristes

La luz me despertó. Froté mis pies con los tuyos y pronto rechacé tu calor. La luz nos penetró sarcástica. Cómo le hizo? Cosas que sólo esas cosas hacen. Después me levanté. Lavé mi cara, limpié mis dientes y me escurrí entre los abrazos de la noche.

La noche me dejó intranquila y ni el desayuno ni tu voz pudieron darme calma.

Anoche me abrazaste más fuerte. No sé si me quisiste más, no sé si pueda repetirse.

Yo me imagino...

Pero la vida es más que esto. Te llamé y como siempre tú con prisa. Siempre haciendo algo, supongo que para sobrevivir. Pero no estás disfrutando. Y la vida entonces para qué? Para correr de un punto a otro? para pagar las cuentas y así poder dormir tranquila? No estoy de acuerdo. Lo único que yo buscaba era decirte lo de siempre: que se te quiere, como siempre, y como siempre, tú corriendo...