cada semana
tengo que salir de mi calma
para comprar las frutas
que devoro mientras vivo
no siempre fui simple
y muchas veces las manzanas
escoriaron mi lengua
no siempre fui simple
pero con el tiempo
mi cuerpo se adaptó a la variedad
cada semana miro el frutero
a veces abundante
a veces monótono
y no sé porqué
pero
pienso
en todas las palabras que aún no conozco
sé que serán
frescas
livianas
y me alimentarán como la fruta que compro
entonces me declaro satisfecha
y continúo tranquila
mi recorrido en el mercado