18.1.15
En una taza de café
Los días comienzan a las siete de la mañana.
Comienza la luz
el ruido
Comienzo yo
Preparo una taza de café
y la bebo toda
sin notarlo
Preparo otra taza de café
comienza la luz
El ruido
por un pequeño
segundo
desaparece
No hay una sola mañana en la que yo me olvide
Inicio mi día a solas
el agua se calienta y brota
la ropa aguarda
A veces bailo
y sumerjo una galleta
cubierta de canela y azúcar
en mi café
Hace mucho tiempo que me olvidé de lo grande
de lo maravilloso y eterno
y digno y enorme
abundante y brillante
como la mierda de siempre
Hace ya mucho
que decidí
entregarme toda
a cambio de lo fácil
Es una suerte
que lo ordinario quepa
en una taza de café
Perderme entre los rostros de la gente
mientras recargo sobre ellos
todo mi peso
Todo mi cuerpo
junto al cuerpo de otros
en un vagón del metro
Es una pena que
eso no baste
para pensar que existe entre nosotros
suficiente intimidad
No hay una sola mañana en la que yo no piense en ella
Mi día comienza a las siete de la mañana
y me permito el placer
del café
y el delicioso sabor de la fruta.
Hace ya mucho
me decidí
No pido más a la vida.
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