31.8.08

Pero al final sí cantamos



Hubo vino y carne asada
Estaba la abuela, como siempre, sosteniéndonos a todos
La abuela que tiene contactos
La abuela que conoce a Dios y entonces le platica y le pide por nosotros
Que bebemos vino con moderación
Y devoramos vacas
-enormes-
que adornamos con uno o dos pimientos coquetones
llenos de queso y gusto y calma y tarde
Últimamente no cantamos… tal vez se deba a que todos en la familia hemos estado amando con tal desmesura que ya hasta el canto se nos terminó.

Nos gusta estar ocupados.
No sabemos parar.

No sabemos decir “aquí se acaba esto que a ti te duele, esto que a mí me duele a veces”. Somos como esas fiestas que se alargan hasta después del amanecer y nos obligan a mirar los vasos rotos, las estancias destrozadas y las terribles manchas de la alfombra. No sé si cínicos, pero eso sí, obvios hasta el cansancio.

Somos los seres que aman hasta tarde, con los ojos entreabiertos, irritados por tanta luz y tanto todo. Amamos esas eternas noches que nos dejan sin voz, sin mirada, sin cuerpo para sentir, y volvemos medio sordos arrastrándonos felices hacia el domingo que pide a gritos poder confiar en alguien; alguien que por la misma sangre entienda lo que está pasando siempre.

Porque nos gusta jugar, nos gustan el canto y la danza silenciosos. Volvemos algo cansados, algo vacíos, pero con la mente demasiado satisfecha. Volvemos con la mente saciada, nuestra mente que escurre la sangre de los otros. Y vuelve la semana con su necesario movimiento. Entonces escondemos nuestro rostro.

La sangre llama sangre y se reúne para limpiar del cuerpo el cuerpo ajeno.

Nos gustan las tardes del domingo, llenas de sangre, de cuerpos cansados. Aunque últimamente no hemos cantado.

24.8.08

Antes del café que ya no te tomaste



Hoy
he decidido mirar cómo te vas
cómo esperas que te detenga

hoy decidí que no

ya puedes irte
tú también necesitas irte

¿y si tuviera la certeza de un mal final contigo?
tal vez me quedaría

Pero eso no se puede
No contigo
Que siempre vuelves

O más bien

no te vas nunca
No te has ido nunca y finges
Cerrar la puerta
no te vas y haces como que me olvidas

Y yo me voy y te llevo
Siempre
Como equipaje semiligero
Porque mis manos tercas
No pueden con el vacío

Y entonces voy y te llevo
Para ponerte limón en los ojos
Mientras me amarro las ganas
y entonces voy y te llevo

11.8.08

avances de ella

No puedo ser única porque lo que busco es ser irrepetible como todo lo que ha sido creado a mano, como todo lo que muestra sus costuras, despreocupadamente; como todo lo que se permite ser. Mi cuerpo tiene vello como todo lo hecho a mano… como todo lo que suda y es y es.