27.9.08

Sándalo



Lo íntimo es un cajón de madera con olor a rosas. Por su parte, la persona siempre será una textura, a veces de listones claros con sensaciones poco transparentes que no caben en ningún espacio de madera.

Personales siempre serán los datos. Íntimos sólo serán los detalles de momentos solitarios entre dos personas que se saben cerca.

Esas cosas tan absurdas siempre serán personales; como las prendas íntimas, como los productos de limpieza. La intimidad por su parte, siempre será algo más flexible. Algo en lo que cabe más de uno.

Mujercita muerdoncita


Ahora que si me agarras de mal humor, huy, la cosa cambia, mucho. Mucho que cambia la cosa. Pero entonces, tendrías que saber cómo se hace para provocar el enojo de una damita, de una señorita, de una muchachita, de una mujercita como yo.

“Yo soy una mujercita muerdoncita” dije, mientras te explicaba, mientras derramaba cosas importantes.

Pero, si me agarras de buen humor, huy, la cosa cambia, harto, mucho. Hiu! demasiado. Pero entonces, tendrías que saber cómo se hace para que esta cosita, personita pequeñita y muerdoncita te sonría…

“Yo soy una mujercita muerdoncita” dije, mientras te besaba. Mientras derramaba cosas importantes…

Aunque claro, cabe siempre la buena chance de la gran neutralidad.

-Poco probable?
-Sí.
-Imposible?
- Nunca

Te diría entonces que mejor te vayas; que tomes tu paraguas y te marches. Por que la chance se aplica mejor sólo en situaciones de juego y sin estrés. Pero a mí, que sólo soy tu mujercita muerdoncita, difícilmente podrás jugarme y en cambio siempre, siempre, siempre podré estresarte.