24.2.08

Sombras en tiempos perdidos


Supongo que el día de hoy amanecí nostálgica y, sólo por eso, elegí cierta música para calmarme. Por la mañana escuché a Led Zepelin y justo ahora Los Caifanes me arrullan antes de ir a la cama, lo cual me excusa de sintonizar la entrega de los premios Oscar que tanto emociona a los fashionistas...Porque mientras Saúl Hernández le cantaba a una "piedra" para que no lo deformara más, yo iba al jardín de infantes y lo único que me importaba en la vida era una semilla de frijol que lentamente crecía dentro de un algodoncito. Recuerdo la primera canción de Caifanes que grabé en mi cabeza. Se llama "viento" y a la fecha hace que me den ganas de llorar porque me recuerda que voy a morirme un día. Por más ridículo que suene creo con firmeza que la música existe para eso: para recordarnos lo sublime y la muerte. Si la música fuera un color Caifanes sería púrpura y Café Tacuba sería anaranjado.Pero casi siempre todo lo bueno toca fondo, pronto, y de nada sirvieron las letras de Saúl sin los acordes que aquel señorito gruñón componía (Alejandro Marcovich)durante los ochentas y noventas. Por eso, a continuación incluyo ciertos versos de "Sombras en tiempos perdidos" para que aquellos que todavía esperan a una banda mexicana (no reencuentros nefastitos)que produzca esa sensación de vértigo y caída..

Voy, a través del cristal
Microscópico de tu piel celular.
Ciego incompleto terreno cruzado.
De esquina a esquina te pierdo.
De esquina a esquina te pierdo.

Junta tu rostro mojado con el mío.
Nunca me quites es embrujo tuyo.
Ay amor hazme creer que todo es verdad.
Ay amor hazme brincar sobre el mar.

Somos sombras
En tiempos perdidos.

Quiero romper el cristal
Que empana mi cuerpo confuso, difuso.
Muerdo historias humanas
Que nunca han sido comprendidas, olvidadas.

Junta tu rostro molido con el mío.
Nunca me lleves a templos perdidos.
Ay amor hazme creer que todo es verdad.
Ay amor hazme brincar sobre el mar.

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