18.2.08

El pasado



Ese día yo quería agua. Yo quería brillo y viento. Así que me lancé desde un barda llena de hojas secas. Porque yo quería sentirme fresca, liviana, real y, sentada en un banquito haciendo sumas, me sentía persona; me sentía persona real.
Me sentí de carne y hueso y tiempo. Ese día, yo quería silencio y quería agua. Brillar con la humedad de un montoncito negro que se llama tierra. Yo estaba sentada haciendo sumas, siendo lo que eran todos cuando tienen ojos y cabeza y cuerpo, pero yo quería flotar para ser verdura o loto o terrón de azúcar. Porque yo quería aflorar y los pies pesaban mucho.
Y los pies pesaban. Pesan. Floto. Y los pies me pesan mucho, floto. Porque a veces pesan y yo soy verdura y matatena y me siento el hueso enmarañado que me pesa más de lo que peso, yo que soy verdura. Yo que soy terrón de azúcar, quiero brillo y viento. Porque tengo cuerpo y duelo como duelen las verduras cuando parten. Tengo cuerpo. Veo. Duelo como duelen las verduras cuando me mastica estar sentada. Hago sumas de los dientes que han caído: diente más diente es cuerpo.
Y yo entiendo porque pesa. Mucho.

1 comentario:

Unknown dijo...

Yo te quiero echar terroncitos de azúcar (tus textos y lo merecen y son más lady).